El pleito mediático en contra de López Obrador, en torno a la instalación por parte de Tesla, de una fábrica de automóviles de impulso eléctrico en nuestro país, es un ejemplo claro del abuso de los medios de comunicación y las redes sociales, que conduce a la manipulación enajenante de la opinión del público.
El anuncio desató una especie de arrebatinga entre gobernadores de diversos Estados de la República que ofrecieron alojamiento a la planta, entre los cuales está Samuel García de Nuevo León, quién hizo valer la vecindad del territorio que gobierna, con los Estados Unidos. A pregunta expresa de un reportero sobre este tema, López Obrador respondió que su gobierno no autorizará la planta en un sitio en el que no exista disposición de agua, lo que implica que Tesla solo se instalará, en un lugar en el que haya tal disposición.
No obstante que la respuesta del Presidente es de sentido común, su dicho desató una feroz campaña en los medios y en las redes sociales, que acusó al mandatario de actuar como “monarca autoritario”. El gobernador de Nuevo León olvida que el verano pasado ante la escasez del líquido vital, los regiomontanos tomaron la calle exigiendo agua para consumo humano, por lo que ahora que el Presidente informa que la instalación de Tesla tendrá lugar en el área metropolitana de Monterrey, Gobierno y empresa tendrán que dar una respuesta sobre esta cuestión (1).
También debemos considerar que el año pasado, en el marco de la lucha electoral en los EEUU, el gobernador de Texas Greg Abbott provocó un cuello de botella burocrático que afectó al comercio internacional, con lo cual obligó a los mandatarios de los Estados de México que tienen frontera con Texas incluido al Gobernador de Nuevo León, a la firma de un convenio migratorio inconstitucional, que pasó por encima de los Gobiernos Federales de ambos países. Este hecho insólito llevó a los países del T-MEC al extremo de pactar un desvío ferroviario de la ruta comercial del Puerto de Mazatlán a Winnipeg Canadá, a través de Nuevo México y Arizona, para evitar que el paso transfronterizo por Texas sea obligado (2).
La decisión de instalarse en tal o cual lugar de México o de cualquier otro país es del dueño de Tesla Elon Musk, conforme a requerimientos legales y materiales cuya solución atañe a la empresa; el esfuerzo de los EEUU de acercar a su territorio las inversiones radicadas en China, obedece a la guerra comercial que sostienen los EEUU con el gigante asiático, por lo que se trata de una lucha por el poder. Ni México como país y mucho menos la ciudad de Monterrey son el ombligo del mundo, y el ambiente revuelto que existe no solo es propio de México sino que es mundial, y tiene su origen en una perversa y abusiva conducción política de la llamada Globalización.
El dueño de Tesla Elon Musk hoy día es mal visto en los Estados Unidos, porque tiene una visión de la globalización distinta a la del gobierno de Biden, lo que lo ha convertido en disidente político, hasta el punto de haber sido excluido del Foro Mundial de Davos (3). Otra prueba de ello son las múltiples demandas judiciales en contra de Musk, interpuestas desde 2018 por la Comisión de la Bolsa de Valores en los EEUU (4), cuyo acoso obligó al empresario a migrar la sede de sus negocios de California al Estado de Texas, en donde encontró apoyo de un gobernador radical, opuesto al gobierno de Biden.
La noticia de que López Obrador y Musk llegaron a un acuerdo sobre la instalación de la Planta de Tesla, confirma que las tensiones que existen en México y la turbulencia política presente en todo el mundo, pueden ser sorteadas para bien de nuestro desarrollo nacional (5).
(1) Forbes. Noticia sobre la falta de agua para uso industrial en Nuevo León.
(3) El Financiero. Noticia sobre la exclusión de Musk del Foro de Davos.
(4) Dw Noticias. Demanda Comisión de Bolsas y Valores de los EEUU, a Tesla y Elon Musk.
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