La sentencia de la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos, que declara que el aborto no es un derecho constitucional de la mujer y reconoce que la resolución Row contra Wade estuvo “atrozmente errada desde el principio”, se asemeja al cuento de El Traje del Emperador, en el que el monarca engañado por su sastre va en un desfile real sin vestido alguno y nadie parece darse cuenta, hasta que un niño inocente lo denuncia a grandes voces diciendo: El Emperador está desnudo.
La resolución Row contra Wade inicia como un caso extremo en el que Norma McCorvey (Norma Row), madre soltera agobiada por la pobreza y las drogas, después de procrear dos niñas de distinto padre, demandó en una corte de Texas al Fiscal Henry Wade, para eludir las consecuencias legales de abortar su tercer embarazo (1). Con apoyo de la prensa y grupos activistas el asunto llega a la Suprema Corte, la que en 1973 exime de responsabilidad a la actora, fundando la sentencia en el “derecho a la privacidad”, lo que es un error atroz, porque nada tiene que ver con el “derecho de la mujer al aborto”, el cual nunca ha sido reconocido por la Constitución Americana.
En base a tal precedente y al impulso económico y político de farmacéuticas que lucran con material genético y del lobby malthusiano (2) que pugna por diezmar a la población mundial como solución a la pobreza, quedaron sin efecto las leyes de los Estados que regulan tanto el aborto como conducta antisocial, como los casos de excepción en los que se despenaliza el aborto cuando la madre enfrenta un extremo estado de necesidad. Es claro que toda mujer embarazada merece en cualquier caso apoyo de la Sociedad y del Estado sin embargo, los esfuerzos solidarios y las políticas públicas deben estar dirigidos a sacar adelante a la madre y el hijo por venir, a ofrecer oportunidades, a combatir la pobreza y la ignorancia, pero jamás a suprimir la vida humana como puerta falsa de solución.
La nueva sentencia se dicta en un juicio en el que la demandada es una clínica de abortos de Misisipi; la Suprema Corte deja sin efecto el precedente Row contra Wade y al hacer aplicable la Ley Estatal, es previsible que en la mitad de los Estados de la Unión la práctica legal del aborto quedará reducida a casos de excepción, como violación, peligro de vida de la madre, etcétera. La Sentencia rectifica un error histórico de técnica jurídica que en forma indebida atribuyó consecuencias normativas generales a criterios de justicia que son de excepción, y corrige la invasión de la Suprema Corte, sobre la competencia de los Congresos Estatales.
Mas allá de la técnica jurídica y de la manipulación por parte de la prensa y el lobby abortista, la cuestión es de vida o muerte. El hijo en formación en el vientre de su madre es una entidad de vida humana, diversa a la madre misma y por naturaleza así se considera desde el Derecho Romano, de tal suerte que hoy día el artículo 1314 del Código Civil Federal y sus correlativos de todos los Estados de la República Mexicana, reconocen el derecho a heredar desde la concepción, y ya que la Ley protege los derechos patrimoniales del no nacido, es absurdo que por otra parte se le niegue a éste su derecho a la vida.
El problema es que el niño en el vientre materno nunca ha tenido abogado en los sistemas de defensoría pública o derechos humanos frente al lobby abortista, a diferencia de los toros de lidia o los gallos de pelea a quienes les sobran voceros oficiosos, en pro de la defensa de la vida animal. Una visión que distingue la postura del Papa Francisco en cuanto al respeto al medio ambiente, es la que expresa en su encíclica Laudato Si, del 24 de mayo de 2015, en la que el Papa lamenta que se excluya la protección a la vida humana cuando se trata el tema ecológico, a pesar de que el hombre es el destinatario eminente de la preservación de la vida en el planeta (3).
Son lamentables la promoción del aborto, la producción y consumo masivo de drogas, la fabricación y venta de armas, todo ello en aras de una cultura mercantilista y de dominio en la que literalmente, la humanidad se asusta de la muerte y se abraza a ella.
(2) Thomas Malthus (1766-1834).Datos biográficos y doctrina económica.
(3) Encíclica Laudato Si, del Papa Francisco. Descarga gratuita, completa.
0 comentarios