La reunión anual del Foro Económico Mundial celebrado en la ciudad de Davos, Suiza, la semana pasada, ofreció la oportunidad para que Elon Musk, empresario dueño de Tesla y Twitter, acusara al Foro referido de atribuirse el papel de gobierno mundial, no electo ni deseado por los ciudadanos del mundo.
La globalización es un destino natural de la humanidad sin embargo, ni sus expectativas ni la realidad se sustraen de las ambiciones de poder que generan injusticia, ni escapan de los conflictos frecuentes en la Historia Universal. A partir de la caída del Muro de Berlín, este proceso intenta ser controlado por los llamados Globalistas Internacionales, consorcio de empresas financieras y comerciales de clase mundial, que son un poder de facto que pone las ganancias económicas de unos cuantos por encima de los intereses de los estados nacionales, y del bienestar de las personas de carne y hueso de todo el planeta.
Los Globalistas operan al interior de los gobiernos nacionales y de la Organización de las Naciones Unidas, donde cabildean a favor de sus propios intereses, a despecho de estados y sociedades. El Foro Mundial de Davos funciona como grupo de presión y caja de resonancia de diversas causas legítimas, detrás de las cuales se suelen esconder ambiciones bastardas, como es el caso de las acciones frente al cambio climático que las empresas globales utilizan como pretexto para promover políticas públicas que les dan ventaja en el mercado energético, y lo propio pasa con la fabricación de armas y vacunas, los aranceles, las reglas de transferencia tecnológica, etcétera.
Los líderes que advierten sobre esta dañada intención son señalados con ligereza como populistas o fascistas, y en el mejor de los casos se les tacha de “controversiales” como a Elon Musk, mega empresario innovador, socialmente comprometido y crítico, pionero en la fabricación de autos eléctricos y tecnología aeroespacial, que hoy incursiona en redes sociales, y difiere de la línea de Davos. Al comprar Twitter, Musk expresó su intención de operar en las redes sociales con respeto a la libertad individual y responsabilidad con la verdad, lo que entre otras cosas lo enfrenta con los promotores del Foro de Davos, a quienes acusa de querer erigirse en gobierno mundial (1).
Musk ha sido el gran ausente en Davos, pues aunque fue excluido de la reunión, la polémica que desató con sus comentarios fue lo único relevante del evento. El Foro de Davos 2023 fue un fiasco, porque al analizar la economía global redujo su enfoque al Covid-19 como si ésta fuera la única causa de la inflación que azota al planeta y en cambio, guarda silencio frente a los efectos económicos desastrosos que ha causado la Guerra en Ucrania, el suceso mundial más importante de 2022, que a diferencia de la pandemia tiene su origen en el fracaso de la política y en malas decisiones cuya rectificación aún es posible.
La guerra inició con una provocación cuando los gobiernos de los Estados Unidos y de los países de la Unión Europea, despreciaron la alternativa de crear una zona libre de armas de largo alcance, en la frontera entre Rusia y Europa. La guerra en Ucrania ha significado sangre sudor y lágrimas para los pueblos beligerantes sin embargo, también ha llenado los bolsillos de los fabricantes de armas y de algunas empresas de occidente productoras de energía, que son beneficiarias de los altos precios generados por las sanciones impuestas a Rusia.
Estas ganancias de escándalo han sido gravadas por la Unión Europea, que hasta hoy ha recaudado ciento cuarenta mil millones de euros, destinados a seguir financiando la guerra, y a consolidar el círculo perverso de muerte y negocio lucrativo (2).
(1) Noticia de Actualidad, Elon Musk acusa al Foro de Davos, de erigirse en gobierno mundial.
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