Las reacciones frente a la Reforma Judicial van por dos caminos distintos, según cada uno de los brazos institucionales del Poder Judicial Federal, ambos presididos por la Ministra Norma Piña. Uno es el sendero de la Suprema Corte que insiste en impugnar la Reforma y el otro es la vía del Consejo de la Judicatura, que intenta levantar el paro y volver a trabajar.
La semana pasada la Ministra Norma Piña mandó al Pleno de la Corte diversos amparos con los que Magistrados y Jueces inconformes trataron de frenar la Reforma Judicial desde el Congreso y una vez aprobada, insisten en impugnar. También en esos días el Consejo de la Judicatura que regula la función de Juzgados de Distrito y Tribunales de Circuito, hizo un intento fallido por levantar el paro y volver al trabajo, lo cual se pospuso para el próximo 2 de octubre.
La Ministra Presidenta les dio curso a tales amparos, pese a la prohibición del artículo 61 fracción I de la Ley de Amparo que dice: “El juicio de amparo es improcedente: I.- Contra adiciones o reformas a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos”. La razón de la improcedencia es elemental. El orden jurídico es jerárquico; la Constitución es la norma fundamental del Estado de la que dimanan todas las leyes, autoridades y actos de autoridad, por lo que es lógico que contra la Constitución y sus Reformas por ser la Ley Suprema, no proceda ningún medio de impugnación.
La Ministra sabe lo que es la Supremacía Constitucional, por lo que resulta perverso que impulse dichos amparos con base en el artículo 11 fracción XII de la Ley Orgánica del Poder Judicial Federal que dispone: “El Pleno de la Suprema Corte… tendrá las siguientes atribuciones: XXII.- Para conocer sobre la interpretación y resolución de los conflictos que se deriven de contratos o cumplimiento de obligaciones contraídas por particulares o dependencias y entidades públicas con la Suprema Corte de Justicia de la Nación o con el Consejo de la Judicatura Federal.” (1)
Norma Piña miente al encuadrar sin sentido lógico la impugnación a la Reforma Judicial en el último texto legal transcrito, cuya osadía hace que cualquier persona común se pregunte: ¿Que tiene que ver magnesia con gimnasia?. Lo peor es que esa conducta de la Ministra es un vicio generalizado de jueces y tribunales que en el día a día de nuestro país, suelen violar derechos de los ciudadanos con autos y sentencias dictados de modo semejante, invocando leyes cuyo contenido nada tiene que ver con los hechos materia del juicio de que se trata, pero que juzgadores inicuos enlazan utilizando alegatos cantinflescos.
No falta quien diga que la justicia siempre ha sido así en México y en todo el planeta, pero ese argumento ruin no vale para dejar de soñar con un mundo mejor, ni para abandonar la lucha por renovar nuestras instituciones (2).
(2) Si deseas más información sobre este tema, te ofrezco mis artículos Reforma Necesaria y Justicia de Carne y Hueso, en este mismo Blog Archivo Adjunto.
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