La propuesta de Reforma Electoral del Presidente López Obrador, ha sido bien recibida por el ciudadano común entre otras razones, porque disminuye el alto costo de las elecciones y el número de legisladores y por ende, combate el despilfarro de miles de millones de pesos anuales, en el que incurren las cúpulas de los partidos y los Consejeros del INE.
La Iniciativa Presidencial reduce el número de Diputados Federales de 500 a 300, y el de Senadores de 138 a 96 y se reducen los Diputados Locales. La propuesta elimina los Institutos y Tribunales Electorales de los Estados cuya existencia es costosa e inútil, porque tienen asignadas las mismas funciones que ejercen el INE y el Tribunal Electoral del Poder Judicial Federal y al fin del día, las decisiones de los órganos locales son revisadas por los órganos federales, que son los que resuelven en definitiva.
La Iniciativa de Reforma Electoral del Presidente (1) mantiene el financiamiento público de las campañas, pero elimina los recursos destinados al gasto ordinario de los partidos, que nos cuesta 18 mil millones de pesos anuales, que se reparten los dirigentes a discreción en sueldos y privilegios, lo que no aporta ventaja operativa y en cambio, genera una caterva de parásitos que se han apropiado de los partidos. La propuesta de AMLO mejora el acceso a radio y televisión; conserva los tiempos y reglas de distribución actuales, pero ordena que los mensajes tengan una duración mínima de un minuto, para que los partidos ofrezcan contenidos con algo de substancia.
La Reforma Electoral es necesaria porque el actual INE no es el mismo IFE que surgió del Grupo San Ángel en 1996, que puso los procesos electorales en manos de los ciudadanos. El IFE fue suprimido por una serie de reformas electorales pactadas a modo entre las dirigencias de los partidos, para controlar la alternancia y preservar sus privilegios y hoy día, el INE es un suplantador que resulta de la decadencia del sistema original, por haber sometido la designación de sus Consejeros a cuotas partidistas, lo que hizo del INE el órgano opulento y corrupto que quitó a la ciudadanía el control de la casilla electoral y el conteo de votos, de lo cual el propio INE se adueñó por medio de su obesa estructura burocrática (2).
La Iniciativa de López Obrador pide reformar el modo de elegir a los Consejeros Electorales, para que en lo sucesivo no le deban el cargo a los partidos políticos, y sugiere que sean votados en elección directa por los ciudadanos, de entre candidatos propuestos por los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. La oposición ha respondido yendo al otro extremo con un eslogan delirante según el cual “el INE no se toca”, lo que exige del Congreso la búsqueda de una solución en el justo medio, que asegure que los candidatos a Consejeros tengan el perfil académico y profesional que requiere el ejercicio de la función y garantice la imparcialidad del árbitro electoral
En abono a la polarización y al encono que se vive, el “Consejo de Presidencia de la Conferencia del Episcopado Mexicano” publica una misiva en la que los Obispos firmantes abrazan la bandera del INE con enjundia digna de mejor causa. Es pertinente y hasta necesario que la Iglesia se pronuncie en temas de interés público sin embargo, el mensaje sorprende y decepciona, porque lanza una condena genérica y absoluta en contra de la Propuesta Presidencial, que nos recuerda la excomunión del Cura Miguel Hidalgo, sin que el comunicado contenga un análisis o reflexión sobre el tema, y sin expresar una sola razón o argumento, que explique los porqué de la descalificación radical. Juzgue el lector por sí mismo (3).
(2) Si deseas más información sobre la degradación del árbitro electoral en México, consultar en este Blog mis artículos INE, Ciudadanía Traicionada y El INE, Capturado.
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