El amago de Donald Trump según el cual impondrá aranceles a la importación de productos mexicanos y canadienses de un 25%, escaló al 100% para el caso de las mercancías procedentes de los países BRICS: Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, etcétera, que concentran la mayoría de la población mundial y la mayor parte del PIB del planeta (1).
México es el principal socio comercial de los EEUU y ambos países comparten territorio continental, en tanto que los BRICS son una asociación de países en desarrollo y mercados emergentes que proponen una alternativa al liderazgo político con el que la oligarquía global, cabalgando a lomos del pueblo estadounidense, pretende establecer un Gobierno Mundial único y hegemónico. El desafío es enorme porque además de poner en riesgo la salud económica de los propios EEUU, Trump enfrenta a sus socios del T-MEC y a los países BRICS que con razón aspiran a un gobierno global, articulado por acuerdos regionales multilaterales.
Trump recrea una narrativa insolente para amedrentar al mundo entero e imponer un liderazgo basado en la capacidad de consumo del “maravilloso” mercado de los EEUU y en su todo poderosa fuerza militar. En el caso de México la amenaza invoca como pretextos la inmigración de personas trabajadoras que a querer y no son requeridos por los EEUU, y el pernicioso tráfico de fentanilo del que Trump culpa a nuestro país, a sabiendas de que el consumo es el motivo y motor de la producción de las drogas, y que el suministro de armas a las bandas del narcotráfico que operan en México viene de territorio estadounidense.
En el caso de los BRICS la amenaza de Trump obedece al creciente fortalecimiento de los lazos de interés mutuo entre los países de dicha alianza, que alientan el plan de crear un sistema financiero internacional alternativo al dominio del dólar. Así lo refirió el presidente Vladimir Putin en la cumbre de los BRICS de octubre pasado, cuando expresó su apoyo a tal alternativa y dijo que no había de otra, señalando a los EEUU por utilizar el sistema financiero dolarizado vigente, como herramienta para imponer sanciones y bloqueos comerciales a los países que se aparten de su pauta imperial y de la ruta hacia el Gobierno Mundial.
La respuesta de la presidenta de México Claudia Sheinbaum ha sido digna y oportuna; en cambio el presidente de Canadá Justin Trudeau se fue de bruces en una visita desesperada a los pies de Trump, que solo se explica por la poca aceptación de los canadienses al gobierno de Trudeau. En todo caso México y Canadá le ofrecen a Trump una puerta de salida para cerrar filas en el propio territorio continental que comparten los países del T-MEC, y para resolver la contradicción que implica este pleito múltiple y de alcance mundial, que socaba las bases mismas del libre comercio.
Con la Unión Europea Trump tampoco tiene todas consigo, el presidente electo de los EEUU se ve muy dispuesto a abandonar a sus aliados en la guerra de Ucrania y a dejar de aportar recursos a esa conflagración, iniciada en virtud de provocaciones reiteradas del gobierno de Biden. Por si fuera poco, el anuncio de los recientes nombramientos de Trump para dirigir el Pentágono, el Departamento de Justicia, la DEA, el FBI, etcétera, hacen prever una lucha intestina de pronóstico reservado, que nos lleva a preguntar si el empresario metido a político, podrá sostener tantos frentes.
(1) Los Angeles Times.Trump amenaza con arancel del 100%, a los países BRICS.
Aquilato mucho tu esfuerzo y conocimiento.