La reyerta entre el Presidente de México y el Parlamento Europeo desatada la semana pasada, hace trascender el estilo de comunicación de López Orador al plano internacional, en términos que ameritan ser tratados con objetividad y sin falso pudor, en función no solo de la corrección en las formas, sino de un compromiso con el buen entendimiento entre los pueblos, a la luz de la verdad y la justicia, que son los fines esenciales de las relaciones diplomáticas.
El jueves pasado el Parlamento Europeo emitió una resolución en la que condena el asesinato de periodistas en México, respecto de los cuales los eurodiputados exigen que los homicidios sean investigados “de manera rápida, exhaustiva e imparcial”. En virtud de la importancia del tema que implica Derechos Humanos fundamentales, la exigencia parece pertinente a primera vista, si no fuera porque los eurodiputados inician con una condena velada pero filosa en contra del Gobierno de México y concluyen pidiendo una investigación, lo que implica un prejuicio, que en lengua vulgar se resume diciendo: primero fusila y después averigua.
Partiendo del hecho de que México pertenece a la Organización de las Naciones Unidas ONU, al igual que los países de la Unión Europea, lo correcto es que antes de dictar la resolución en comento, los eurodiputados acudieran a instancias de Derecho Internacional, sustentando su denuncia sobre el tema en cuestión. Lo anterior porque el Parlamento tiene competencia solo respecto a los países que integran la Unión Europea, y no tiene por qué tratar un asunto interno de México como si fuera de su incumbencia, a menos de que con fundamento, los eurodiputados lo hubieran hecho trascender al plano internacional mediante una gestión formal, cosa que no hicieron.
El Presidente rechaza la resolución con un lenguaje que no corresponde al protocolo diplomático, pero que es muy claro y pretende ser eficiente en el terreno de la comunicación de masas. Un amplio sector de la prensa nacional, sin hacer el mínimo análisis de la postura del Parlamento Europeo, se ha escandalizado y protesta porque el Presidente llama “borregos” a los eurodiputados; les hace saber que “en México se respetan los Derechos Humanos”, les dice que no los reconoce como “gobierno mundial”, les reclama “su manía injerencista…” y les hace una imputación incómoda pero muy cierta, al decirles que “México es un país pacifista que no envía armas a otros países, como ustedes lo están haciendo…”.
Al concluir, el Presidente cita el apotegma de Benito Juárez: “el respeto al Derecho Ajeno es la paz”, que todos los mexicanos hemos escuchado hasta la saciedad desde que nacimos, y pide a los Diputados Europeos que se ocupen de sus propios asuntos. Al responder de tal modo, López Obrador calcula que la resolución del Parlamento Europeo es una piedra de tropiezo frente a la cual su gobierno no puede permanecer callado; asume el reto de contestar en el terreno del mensaje directo a la inteligencia emocional como corresponde a su estilo, porque advierte el riesgo de que la vía diplomática convencional derive en una discusión bizantina interminable, que quede fuera de su espacio natural de maniobra.
Es importante conocer de primera mano la resolución del Parlamento Europeo para apreciar la postura maliciosa y entrometida de los eurodiputados, así como leer completa la respuesta del Presidente hecha en quince renglones (1), para darnos cuenta de que López Obrador utiliza ese lenguaje sin adorno y sin filtro, diciendo lo que considera que es la pura verdad o sea “la mera neta”, como estrategia de comunicación con la que enfrenta a una diplomacia hipócrita, vestida de etiqueta pero corrompida hasta la médula de los huesos, que cada vez ofrece menos credibilidad.
Conocemos el estilo del Presidente, pero lo que pretenda el Parlamento Europeo es un enigma, al distraerse en el tema mexicano sin respetar los cánones del Derecho Internacional, en vez de apagar el incendio de la guerra que arde en la frontera difusa entre Asia y Europa. La suerte está echada; solo falta saber cuál de las dos formas de abordar este debate, en los respectivos estilos del Presidente y sus adversarios, rendirá más y mejores frutos para cada uno de los bandos.
(1) Liga hacia la revista digital EXPANSIÓN, que contiene los textos completos, ambos muy breves, de la resolución del Parlamento Europeo y la respuesta del Gobierno de México.
https://politica.expansion.mx/presidencia/2022/03/11/comunicado-al-parlamento-europeo-gobierno-amlo
Interesante y atrevido análisis de lo que nuestro Presidente objeta de los parlamentarios europeos, queda la duda sobre la pretencion y la mirada flechada hacia nuestro país.
PILAR, buenas tardes.
Si la duda es sobre la pretensión del Parlamento Europeo, una hipótesis es que la intención es reaccionar en contra de la Reforma Eléctrica propuesta por el Presidente al Congreso, que por lo visto afecta intereses de empresas europeas en ese rubro, que pudieron hacer labor de cabildo al respecto.
De alguna manera dichas empresas se tienen que justificar ante la opinión pública europea, y los altos precios de la energía en Europa provocados por la guerra en Ucrania, fortalecen la sospecha.
Saludos.