El debate del domingo confirma que en las elecciones presidenciales del próximo 2 de junio, están en juego dos distintas formas de relación entre Sociedad y Gobierno y de inserción de la comunidad nacional en el entorno global.
Quienes esperaban un resultado espectacular del evento se sienten decepcionados, porque el contenido a debatir es tanto y tan denso, que su desahogo a profundidad en dos horas es imposible, aunque a estas alturas, los ciudadanos cuentan con elementos de juicio para emitir su voto. La candidata Claudia Sheinbaum se atiene a los resultados de la Cuarta Transformación incluido su desempeño como Jefa de Gobierno de la CDMX y en su discurso destaca el crecimiento y la estabilidad en materia económica, el flujo de inversión extranjera sin precedentes, los apoyos sociales y las obras en el sureste mexicano.
Sheinbaum resalta el trabajo diplomático del actual gobierno tanto en el trato con los Estados Unidos, como en la actuación de México en el escenario continental y mundial, y ofrece una continuidad. Xóchitl Gálvez, candidata de la coalición opositora, persiste en renegar de los orígenes partidistas de su postulación por el llamado PRIAN, con lo que pretende desligarse de un pasado que fue rechazado en las urnas en 2018, y a despecho de su carrera de veinte años como funcionaria y legisladora por el PAN y contratista de gobiernos de todos colores, se ostenta “candidata ciudadana”.
Xóchitl propone una “sociedad fuerte” confrontada al gobierno, al que insiste en mantener cautivo de una multitud de “organismos autónomos” creados en forma dispersa en paralelo de los poderes constituidos, lo que vulnera al sistema de división de poderes. La crisis de la democracia en México y en todo el mundo, incluso en los Estados Unidos, deriva de la injerencia avasalladora de factores reales de poder que desde algunos de esos organismos autónomos han usurpado la representación de la sociedad civil, y son gestores de intereses particulares ajenos al bien común, que operan por encima de los Estados Nacionales y de los Organismos Internacionales.
Posturas como la del presidente Miley en Argentina o del empresario Salinas Pliego en México, que cuestionan la existencia misma del Estado, lejos de ser “libertarias”, ponen a los pueblos y a la comunidad internacional en la disyuntiva de la anarquía o la sumisión al poder del dinero. A ello corresponde entre otras cosas, que la fabricación y tráfico de armas en Norteamérica resulte imparable a pesar de las gestiones de los gobiernos de México y de los propios EEUU y por ello, es un acierto de la 4T mantener relaciones en sano equilibrio entre la cooperación y el pleno respeto a nuestra Soberanía.
El desfiguro de Xóchitl Gálvez no se reduce al debate, y viene desde la raíz de su postulación por los despojos de la vieja partidocracia PRI, PAN, aliados contra natura, cautivos de sus propias cúpulas, que en el reparto de las migajas dejaron tirada a la sociedad civil y aseguraron posiciones plurinominales en el Congreso para sujetos de la peor ralea: Alito Moreno, Rubén Moreira, Marko Cortés, etcétera.
Ante el enésimo tropiezo de la candidatura Gálvez, los personeros de los poderes fácticos corresponsables del engendro culpan a Xóchitl como Chivo Expiatorio, y las ratas comienzan a abandonar el barco, como lo hace Carlos Loret de Mola en su entrega del día de hoy (1).
(1) El Informador. Artículo de Carlos Loret de Mola: El Eclipse de Xóchitl y sus fanáticos.
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