En vísperas de la Sexta Reunión Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), el Presidente López Obrador hizo un elogio a la dictadura comunista de Cuba que causó escándalo, y aunque no estuvo exenta de ésta y otras turbulencias, la reunión tuvo como resultado el consenso de los Estados Miembros, en torno a una estrategia conjunta para su integración económica y política.
Para México como país sede, el reto fue sentar en la mesa a los gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela, para evitar que el aislamiento de dichos países, pudiera restar representatividad y materia a la Cumbre. La solicitud de López Obrador en el sentido de que los Estados Unidos suspendan el “bloqueo” a Cuba, abrió la puerta al debate, sea que exista o no exista tal “bloqueo”, ya que lo importante es reconocer que en Cuba impera una dictadura que debe ser desmantelada, sin un baño de sangre de por medio, y en eso coinciden tanto los adversarios del castrismo, como muchos de los que fueron sus simpatizantes más fervientes durante la Guerra Fría.
El embajador Ken Salazar está de acuerdo en esta visión, y así lo expresó en su gira a nuestra frontera sur que inició en Tabasco, el mismo día en que se reunió la Cumbre, cuando dijo: “…los Estados Unidos continuarán con los esfuerzos para hacer de Cuba un estado Democrático…”. En otro tema, el Embajador agrega: “Tabasco (México) y los Estados Unidos estamos cerca a través de nuestros vínculos económicos y de amistad… más aún, cuando tenemos herramientas como el T-MEC y el relanzamiento del Diálogo Económico de Alto Nivel DEAN (1), que ayudarán a la prosperidad de nuestros pueblos…”.
Lograr que las dictaduras estuvieran presentes en la Cumbre, no fue fácil. La semana anterior, el pasado 9 de septiembre, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua envío una carta a los medios de su país, en la que el gobierno de Daniel Ortega lanza un reproche lapidario al embajador de México: “Usted y el Gobierno de México se colocan en una posición injerencista y entrometida, cumpliéndoles sumisa y fielmente a los Yanquis, sirviéndoles… de interventores permanentes en nuestros asuntos por encargo del Imperio…”. Estas duras palabras, hacen evidente que como titular de la Presidencia de la CELAC, México tiene un frente de batalla diplomática en el flanco izquierdo, con las dictaduras remanentes del Continente.
De cara a la emergencia de China como potencia mundial y la guerra comercial con Estados Unidos, la lógica geopolítica indica que la integración del Continente incluye tanto a los países de Latinoamérica como a Estados Unidos y Canadá. En ese orden de ideas, la presidencia de México en la Sexta Cumbre de la CELAC, abre un nuevo camino en el proceso de integración del Continente Americano total, que se encuentra en el justo medio entre la extrema izquierda representada por el Foro de Sao Paulo y la sumisión a la doctrina gringa del Destino Manifiesto, que se atribuye a la Organización de los Estados Americanos OEA, como presunto instrumento de Washington.
A la postre hasta Nicaragua estuvo presente en la reunión y lo propio hicieron Cuba y Venezuela. Nicolás Maduro enfrentó la condena de los presidentes de Uruguay y Paraguay, que reiteraron de viva voz la postura oficial de sus países, que desconocen la dictadura de Maduro, al que califican de usurpador. La reyerta encabezó los titulares de cierta prensa interesada en opacar los resultados de la Cumbre, pero el choque debe considerarse natural, en un foro en el que resulta ineludible y hasta necesario, que se ventilen las diferencias de los países involucrados de cara al público y en tiempo real.
Los frutos de la Cumbre están contenidos en una declaración conjunta firmada por la totalidad de los Estados asistentes, que coinciden en compromisos esenciales como fortalecer el estado de derecho; construir una democracia con elecciones libres; respetar los derechos humanos; combatir la pobreza; apoyar la libertad de comercio; erradicar la corrupción; luchar contra el terrorismo y el tráfico de drogas, mantener la región libre de armas nucleares; proteger el medio ambiente, etcétera. El camino a recorrer es largo y difícil, pero la marcha hacia el futuro de la integración de los países del Continente Americano, ha reiniciado en una nueva etapa.
(1) Para ahondar en el tema, Diálogo Económico de Alto Nivel (DEAN), consultar el artículo: Desafío México EEUU, en este mismo Blog, Archivo Adjunto.
En la finca de Cumbres Borrascosas, siempre habrá un Heathcliff, una Catherine y un Hindley en la sempiterna lucha de clases de la que hablaba Karl Marx.
Es que resulta difícil quedar bien con Dios y con el Diablo, y mas aún cuando no se sabe quien es quien.
Que sencillo interpretar un acontecimiento, tal y como fué, sin tratar de tomarlo con un sentido extremista, te felicito Luis por tu criterio sensillo e inteligente.
Gracias por tu comentario
Gracias CUÑADO por tu comentario, UN ABRAZO.