El segundo debate presidencial reveló con claridad el contraste entre las propuestas y perfil personal de las dos candidatas con más probabilidades de triunfo, lo que indica que el evento cumplió con la función que se espera de ese tipo de ejercicios.
Xóchitl Gálvez inició con un meloso discurso de presentación que surge según dijo “desde lo más profundo del corazón…”, para construir “un México unido sin odio ni división…”, sin embargo, en el transcurso del debate el encono fue escalando a niveles delirantes, hasta llamar a la abanderada de Morena “narcocandidata”. La candidata del PRIAN alinea su discurso oficial de campaña con la reciente guerra de lodo sostenida a un costo multimillonario en redes sociales, con lo que la oposición asume como propia la autoría y financiamiento de dicha guerra sucia sin recato alguno (1).
Por fortuna el debate no quedó en la reyerta personal: Claudia Sheinbaum hizo su propuesta económica apoyada en los resultados de la 4T, en los rubros de tasa de crecimiento, inversión extranjera, aumento del salario, fortalecimiento del peso, control de la inflación, reducción del desempleo, etcétera, con lo que destruye el discurso catastrófico simplista según el cual todo está mal y vamos al abismo comunista. Claudia atribuye con acierto esos resultados al aumento del poder adquisitivo de los mexicanos a partir de “regar la economía desde abajo”, con el referido aumento salarial y los apoyos sociales.
Respecto a la reducción de la pobreza Sheinbaum celebra las cifras de Coneval y su mayor triunfo en este debate y en la narrativa general de la contienda, consiste en el abandono por parte de la oposición de toda objeción a los programas sociales de la 4T, que fueron tildados de populistas y hoy el PRIAN llega al absurdo de disputar su paternidad. En infraestructura Claudia esgrime obras como la Refinería Dos Bocas, el Tren Maya, el Corredor del Istmo de Tehuantepec, etcétera, las que Xóchitl termina por reconocer a regañadientes con otra simpleza, diciendo que conservará lo que esté bien y corregirá lo que no lo esté.
Un ejemplo clave del contraste de posturas en el debate, lo ofrece el tema energético. Xóchitl propone revertir todo lo hecho por la 4T; se opone a invertir en PEMEX, pide abandonar la refinación con la que se construye nuestra autosuficiencia en gasolina y diesel para consumo nacional, y sugiere dedicar todos los esfuerzos a extraer y vender petróleo crudo. La propuesta de Xóchitl nos expone a las vicisitudes del mercado petrolero mundial, amenaza nuestra independencia energética y nos deja a merced de una expectativa aún lejana de energías limpias, sin antes haber asegurado nuestro abasto de combustibles, indispensable para que el país funcione aquí y ahora.
En el tercer y último debate se discutirá el tema de Seguridad que reviste singular interés, porque ha sido Talón de Aquiles no solo de la actual administración sino de todos los gobiernos de los últimos cuarenta años. El arranque anticipado del proceso y la polarización creciente entre las posturas en contienda han cargado el ambiente con una sensación de cansancio, tanto de los protagonistas como del ciudadano común que como gran elector, será el personaje decisivo el próximo 2 de junio.
(1) Te ofrezco mi artículo Periodismo Decadente en este mismo Blog Archivo Adjunto, si deseas mas información sobre este tema.
0 comentarios