El documento Traditionis Custodes o Guardianes de la Tradición, emitido por el Papa Francisco a mediados de este mes (16 de julio de 2021), amerita ser objeto de comentario, en la medida en que algunos medios han divulgado información falsa según la cual, el Papa prohíbe la celebración de la Misa Católica en latín. La mejor forma de opinar sobre el tema, exige al menos leer el texto original del documento, de solo dos cuartillas de extensión
El Concilio Vaticano Segundo (1962-1965) tuvo por objeto la adaptación de la Pastoral de la Iglesia a las necesidades espirituales y al perfil cultural del hombre contemporáneo, y al propio tiempo mantener intacto el legado de la Fe de Cristo transmitida a través de la sucesión apostólica. Frente a la reforma litúrgica que el Concilio trajo consigo, algunas comunidades cuestionaron las nuevas reglas de celebración de la Misa, entre las que destacan la Sociedad Sacerdotal San Pío X formada por el Obispo de origen francés Marcel Lefevre, cuyos miembros amparados en la ortodoxia y legitimidad del rito tradicional, continúan celebrando la Misa en latín hasta nuestros días.
El debate no se reduce al tema del idioma en que deba celebrarse la Misa es decir, en lengua latina o en la lengua vernácula de cada país, en virtud de que en materia de Fe y Liturgia la forma es fondo. El Concilio Vaticano Segundo no fue un concilio dogmático sino pastoral, con el añadido de que la reglamentación del nuevo Rito Romano no emana en sí de acuerdos o decisiones tomadas en el Concilio, sino de un movimiento postconciliar que introdujo cambios sucesivos en un proceso de ensayo error. Cosa distinta ocurrió con la llamada Misa en Latín codificada en el Concilio de Trento (1545-1563), en el que el Papa Pío V y los Padres Conciliares de aquel entonces, definieron la naturaleza teológica de la Celebración Eucarística, frente a los cambios operados por el Cisma Protestante.
En el caso de la Misa postconciliar, los resultados de algunos ensayos que surgieron de comisiones designadas por el Papa Paulo VI fueron cuestionados por causa de su ambigüedad, o por apartarse de modo evidente no solo de las formas litúrgicas anteriores, sino de las verdades de la Fe proclamadas por la Iglesia desde su origen. La confrontación llegó al extremo de que Paulo VI excomulgó a Lefevre y prohibió la celebración de la Misa de Trento, lo que constituye un absurdo tan grande como condenar la celebración de la Misa en Rito Maronita o en cualquier otro rito oriental aceptado por la Iglesia, en distintas regiones geográficas y en diversas etapas de la historia.
Para mantener la unidad, durante los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI se realizó una operación de zurcido invisible en virtud de la cual, el Culto en lengua vernácula fue restaurado conforme a la ortodoxia tradicional, en un proceso silencioso resumido en la Exhortación Apostólica de Benedicto “El Sacramento del Amor” (2007). Durante décadas ambos papas mantuvieron un diálogo más o menos tenso con los obispos de la Sociedad Sacerdotal Pío X, hasta que Benedicto XVI no solo levantó la prohibición decretada por Paulo VI, sino que autorizó otras sociedades sacerdotales de la misma tendencia tradicionalista y estableció reglas de convivencia y funcionamiento entre las comunidades observantes de ambos ritos.
Las reglas de Benedicto XVI incluyen supervisar la convivencia, por lo que en el año 2020 la Congregación de la Doctrina de la Fe hizo una evaluación que reveló la necesidad de una atención más cercana, porque en Europa existe una tendencia de aumento de los seguidores de la Misa de Trento. En el documento Traditionis Custodes el Papa se reserva el poder de autorizar nuevas comunidades tradicionalistas, pero lo esencial es que Francisco delega en los Obispos la tarea de regular la convivencia, y prevenir y resolver los conflictos que sobre este particular pudieran surgir en cada uno de los territorios diocesanos, lo que implica una descentralización de la autoridad papal que resulta acertada y pertinente, porque se trata de un tema que se presenta de manera muy diversa en cada lugar del planeta.
Excelente Luis que bueno que por este blog podemos seguir en comunicación con todos los que te seguimos
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Felicidades. Iniciaste tu blog con un artículo bueno de forma y fondo.
Gracias ENRIQUE, un abrazo también para tí.
Gracias RICHARD la idea fue la de empezar con algo especial.
Buen artículo Luis, sobre todo ilustrativo para la comunidad católica y la cristiana en general.
Por otra parte felicidades por la excelente estructura de tu blog, lo que seguramente se traducirá en un exitoso y amable ejercicio de comunicación con tus lectores.
Recibe un abrazo
Gracias TOCAYO.
Coincido con el comentario del Sr. Monfort. El articulo contribuye de forma positiva a toda la comunidad cristiana. Gracias!!