La reclamación pusilánime que hace el Presidente de los Estados Unidos Joe Biden al Primer Ministro de Israel Benjamín Netanyahu por la escalada de guerra en el Medio Oriente, es impropia ya no digamos de una superpotencia sino de cualquier gobierno de un país soberano.
Ante el desprecio a los llamados de Estados Unidos para que Israel detenga la guerra y participe en la construcción de una paz negociada, en tono suplicante el Presidente Biden se refiere a Netanyahu con el diminutivo “Bibi” y reclama: “Ninguna administración ha ayudado a Israel más que yo…”. Con esto Biden implica que Netanyahu podría estar actuando en forma deliberada para exhibir la debilidad y falta de liderazgo del Gobierno Demócrata, como una forma de influir en las elecciones presidenciales (1).
Esta actitud de Biden abre grietas en el Partido Demócrata, y causó un endurecimiento en el discurso de Donald Trump ante la Comunidad Judía de los EEUU el pasado 20 de septiembre, en el que hace suya la postura sionista extrema asegurando que si no gana él (Trump), Israel acabará reducido a cenizas (2). La estrategia de Israel pone a competir a Demócratas y Republicanos por el favor de la Comunidad Judía tanto en los EEUU como a nivel internacional, consolida el apoyo de ésta en torno a la política beligerante de Netanyahu, y tiende a eliminar todo vestigio de moderación en el seno de dicha comunidad.
Netanyahu impone su agenda, se convierte en fiel de la balanza en el proceso electoral de los EEUU y entre tanto avanza en el campo de batalla asesinando a personas inermes, violando por igual derechos humanos, el derecho internacional y hasta las leyes de la guerra. El desafío de Netanyahu plantea un peligro de guerra mundial que tiene de rodillas a los EEUU y amenaza a todos los pueblos de la tierra, como lo prueba su insolente discurso del 27 de septiembre en la Asamblea General de las Naciones Unidas ONU, que hizo abandonar la Sala a la mayoría de los países ahí representados (3).
Netanyahu se ve dispuesto a aniquilar a todo el que se oponga a la expansión territorial de Israel y confía en contar con el apoyo de quién obtenga el triunfo en las elecciones de los EEUU. Israel ha extendido la guerra en el Medio Oriente y ante el llamado a la paz hecho por el Secretario General de la ONU Antonio Guterres, Netanyahu lo declara persona non grata, lo que dada la investidura de Guterres es un desafío a todos los países miembros de dicho organismo mundial, incluyendo a los propios aliados de Israel que desde la ONU hicieron posible la creación del Estado Judío (1948-1949).
No solo los países de la ONU, sino la propia Comunidad Judía Internacional deben tomar en serio el extremo al que ha llegado la arrogancia sionista, recordando la Sentencia Bíblica según la cual, antes del quebranto va la soberbia y antes de la caída la altivez de espíritu (Proverbios 16:18).
(1) Noticia de la bbc Periódico Digital, sobe el reclamo del Presidente Joe Biden a Benjamín Netanyahu.
(2) Noticia de Anabrasil Periódico Digital, sobre el discurso de Donald Trump ante la Comunidad Judía de los EEUU, el 20 de septiembre de 2024.
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