Aaron Bushnell, el hombre que se prendió fuego a sí mismo frente a la embajada de Israel en Washington, en protesta por el genocidio en contra del Pueblo Palestino, es el Hombre en Llamas que se inmola, porque no soporta vivir en un mundo creado para el bien, que se halla en estado de muerte por su inclinación al mal.
Aarón Bushnell fue un soldado de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Calificado como el mejor ingeniero militar de su generación, a sus 25 años de edad estaba asignado a tareas de comunicación e inteligencia cibernética en San Antonio, Texas. Bushnell procede de una comunidad cristiana de Massachusetts, y respondió a su vocación militar animado por el espíritu de servicio a su país y a la humanidad en su conjunto, confiado en la función global que desempeña el ejército de los EEUU, como supuesto salvaguarda de la paz y de la libertad en el mundo.
Los antecedentes indican que nuestro personaje enfrentó un gran conflicto de conciencia al ser parte del ejército de un país que apoya a Israel en la guerra de exterminio en contra del Pueblo Palestino, en la cual Israel y su primer ministro Benjamín Netanyahu, desempeñan el rol bíblico del Ángel Exterminador (Éxodo 12:13). A ello corresponde que Bushnell antes de inmolarse a las puertas de la Embajada de Israel se haya grabado diciendo: “Ya no seré cómplice en este genocidio… estoy a punto de participar en un acto de protesta extremo, pero en comparación con lo que la gente sufre en Palestina… es lo que nuestra clase dirigente ha decidido que sea normal…” (1).
La guerra ha desplazado a más de un millón de hombres, mujeres, niños y niñas palestinos, que han sido echados al desierto a morir de hambre y sed, porque Israel ha montado un cerco militar que impide el acceso de ayuda humanitaria, agua y comida. Los Estados Unidos han hecho un papel deshonroso al simular interés por las víctimas, enviando por vía aérea algunos víveres que como sobras de un banquete sucio arrojan en paracaídas, al tiempo que en el Congreso de los EEUU se siguen tramitando los presupuestos millonarios en apoyo militar a Israel, mientras el mundo entero observa pasmado e impotente.
Diversos países emprendieron ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) una iniciativa de cese al fuego que no obstante que fue aprobada por el Consejo de Seguridad de dicho organismo mundial, enseguida fue dejada sin efecto por el veto de los Estados Unidos, emitido contra todo sentido de humanidad y de justicia. La perfidia del gobierno de Netanyahu ha llegado al extremo de poner oídos sordos a los reclamos de los propios ciudadanos de Israel, que demandan un alto al fuego para iniciar pláticas tendientes a liberar a los rehenes israelíes que fueron secuestrados por el grupo terrorista Hamas en octubre pasado (2).
La impotencia frente a la tragedia explica que el soldado Bushnell se haya visto arrinconado al elegir entre convertirse en desertor con lo que ello implica, y la decisión extrema de la inmolación. Bushnell es el Hombre en Llamas que José Clemente Orozco pintó en la cúpula de la Capilla del Hospicio Cabañas en Guadalajara, en la que el hombre de todos los tiempos se inmola, como protesta en contra de cada forma de genocidio, opresión e injusticia, habidas y por haber en la historia del mundo (3).
(2) RTVE Noticias. Protesta de ciudadanos israelíes, que exigen el cese al fuego en la Franja de Gaza.
(3) Portal de INAH. Mural de El Hombre en Llamas, de José Clemente Orozco.
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