La queja de Felipe Calderón a que se refiere el periódico español El País la semana pasada, en el sentido de que el Partido Acción Nacional está controlado por una camarilla que cierra la puerta a los ciudadanos, y que fue la que impuso como candidato a la presidencia a Ricardo Anaya en 2018, acusa la existencia de una fractura que no ha sanado.
Lo dicho por Calderón tiene el mérito de ser la única voz autocrítica que hemos escuchado de la oposición en cinco años, pero el PAN seguirá en el limbo hasta que sus militantes y dirigentes hagan un examen de conciencia sobre su desempeño durante los años 2000 a 2018, al que deberá seguir una disculpa y el renuevo de su propuesta política. El PAN recibe una dura crítica de Agustín Laje, joven argentino autor de varios libros que se ostenta “de derecha”, que lucha en redes sociales en contra de los Globalistas Internacionales, promotores del aborto y de la ideología de género, que impulsan una política demográfica de dominación desde la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La narrativa de Laje surge de la Antropología Bíblica, que hace residir los derechos del ciudadano en la dignidad y la libertad que derivan de la creación del ser humano a imagen y semejanza de Dios, y de la división de género en hombre y mujer, en base al sexo biológico (Génesis 1:26-28). Agustín Laje considera que el abuso enajenante de los mass media y las redes sociales es una amenaza en contra del libre albedrío, y señala a los Globalistas Internacionales como autores de un plan contracultural para someter a los Estados Nacionales a los intereses de las grandes corporaciones que controlan la economía y las finanzas del mundo.
En una entrevista en el foro de Los Periodistas (1), a la que es necesario acceder para entender a plenitud este planteamiento, Agustín Laje advierte que el PAN y otras organizaciones que se dicen “de derecha” abrazaron la agenda globalista y siguen atrapados en el discurso de la Guerra Fría, a pesar de que tal escenario ya no existe. El Argentino sugiere que el PAN actualice su propuesta a partir de un acervo de ideas compatibles con las aspiraciones de sus votantes, para enfrentar a los Globalistas Internacionales y a sus aliados, a los que Laje encasilla en la llamada “Nueva Izquierda”, que hace el juego a los Globalistas al enarbolar las causas del aborto, la ideología de género y otras, que son ajenas a la izquierda histórica.
Por otra parte, lo complejo de la pugna entre los Globalistas Internacionales que pretenden imponer un Gobierno Mundial y los Estados Nacionales que luchan por su identidad e independencia, revela que el filósofo Ortega y Gasset tuvo razón, en cuanto a que la geometría política maniquea que divide los campos en “izquierdas” y “derechas” es arbitraria e inoperante, y hoy lo es más que nunca. La realidad del mundo después de la Guerra Fría, corresponde a la descrita por Umberto Eco: “La lucha se libra en un tablero en el que cada participante, juega con fichas de todos colores…”.
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