El jueves de la semana pasada, los expresidentes mexicanos Felipe Calderón y Ernesto Zedillo, coincidieron en un evento de aniversario de la Fundación Internacional para la libertad (FIL) celebrada en Madrid (1), convocada por su dirigente el Premio Nobel Mario Vargas Llosa, en cuya reunión los participantes se perfilaron a sí mismos como Guardianes de la Democracia en América Latina.
Durante su participación (2), Felipe Calderón aseguró que en México, la democracia “está a punto de caer… en un mes más…”, con lo que lleva al extremo el discurso histérico que sostiene la oposición desde hace cuatro años. Para sustentar su aserto, Felipe cita el libro “Cómo Mueren las Democracias” (3) de Steven Levitsky y Daniel Ziblatt, académicos de la Universidad de Harvard que hacen un estudio que es importante leer, y no porque sus conclusiones sean acertadas, sino porque el libro presenta en forma descarnada, que raya en cinismo, la realidad del sistema político de los Estados Unidos.
El libro fue publicado en 2018 en contra de Donald Trump, y sustenta la tesis de que los líderes electos pueden subvertir el proceso democrático para aumentar su poder, rompiendo los acuerdos cupulares que existen entre los partidos. El libro afirma que la Democracia requiere de Guardianes que mantengan tales acuerdos de cúpula. Sin revelar la identidad de las personas o grupos considerados Guardianes, y sin identificar a la entidad anónima que los designa como tales, los mentados Guardianes controlan las cúpulas de los partidos y deciden a quién abrir o cerrar las puertas de la participación, con poder y facultades para juzgar sobre la docilidad o perfil autoritario de cada ciudadano que aspire a ser candidato.
De acuerdo a lo expuesto en el libro, el sistema de los Estados Unidos viene a ser una oligarquía partidocrática que con la tesis de que el fin de la política es el consenso, a despecho del bien común de la sociedad, concede participación a los gobernados en forma selectiva, siempre y cuando no se pongan en riesgo los intereses políticos y económicos de la oligarquía. El libro contiene una confesión de parte que pone los pelos de punta y justifica las sospechas que desde antaño existen al respecto, con el añadido de que los autores proponen una “Tabla de Indicadores Clave del Comportamiento Autoritario”, que Calderón entre la furia y la resignación, aplica a López Obrador.
Lo curioso es que los maestros de Harvard no hacen ningún análisis sobre los motivos que hayan tenido los electores al optar por un candidato al que se acusa de autoritario, puesto que de funcionar la democracia como es debido, las posturas extremas serían derrotadas en una competencia de piso parejo desde el interior de los partidos. Lo positivo del discurso de Felipe es que por primera vez desde la elección de 2018, se escucha una voz de autocrítica al interior del PRIAN, cuando en la parte final de su disertación, Calderón reconoce que la partidocracia mexicana y en específico Acción Nacional, cerró el ingreso a los ciudadanos mejores y más valiosos y abrió las puertas a gente cada vez peor.
Una parte del libro que al parecer el PRIAN no ha leído, es el último capítulo “Como Salvar la Democracia”, en la que Levitsky y Ziblatt sugieren que la oposición debe operar de modo responsable desde el Congreso, construir su propuesta propia, esperar a nuevas elecciones, apoyar las iniciativas en las que el Gobierno tenga razón, y abstenerse de juego sucio, para evitar la justificación de políticas más autoritarias. En dicho apartado, los autores hacen un comparativo entre el gobierno de Hugo Chávez en Venezuela, que se consolidó por culpa de una oposición golpista que apoyó la asonada militar de 2002, contrario a lo ocurrido en Colombia, en donde una oposición civilizada y democrática, evitó un tercer período presidencial de Álvaro Uribe.
(3) Cómo Mueren las Democracias, libro de de Esteven Levitsky y Daniel Ziblatt, descarga gratuita.
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