Pese a las diferencias de dimensión y carácter de los países participantes, la presencia de López Obrador en la Novena Cumbre de Líderes de América del Norte, que se reunió en Washington el jueves pasado, fue digna de su investidura como Presidente de México, y muy superior a la intervención de Enrique Peña Nieto, en la reunión anterior de dicha Cumbre, celebrada en Canadá en el año 2016.
La reciente reunión de los Presidentes de México, Estados Unidos y Canadá, también fue superior como tal, a su antecedente celebrado en Ottawa el 29 de junio de 2016, tanto en su visión general como en sus planteamientos concretos. Baste recordar que en aquella Cumbre, los presidentes de Estados Unidos y México en sus discursos, se dedicaron a emitir mensajes cifrados sobre la situación electoral que se avizoraba en sus respectivos países; Barak Obama frente a Donald Trump ya como precandidato del Partido Republicano a la presidencia de los EU y Peña Nieto ante al fenómeno López Obrador, que en aquellos días crecía en silencio.
En su discurso Peña Nieto fustigó al “populismo demagógico” al que calificó como enemigo de la globalización, en tanto que Obama reprochó a Peña su postura y se declaró a sí mismo populista “por su deseo de estar cerca de la gente y por su aprecio por las políticas públicas que otorgan beneficios a los más pobres”. La discusión fuera de lugar en aquel escenario, fue lo más notable de aquella Cumbre, lo que relegó a la irrelevancia los temas importantes de la agenda trilateral, pese a que ya estaba planteada la guerra comercial frente a China, que provocó el abandono de la apertura indiscriminada a la globalización, y el paso a la división del planeta en regiones geopolíticas, integradas por países con intereses comunes.
Las Cumbres dejaron de celebrarse durante el mandato de Donald Trump y hoy día, en un discurso de estado en forma que duró siete minutos (1), López Obrador abordó temas económicos como son la producción y consumo de satisfactores y los llevó al plano político al vincularlos al bienestar de los ciudadanos; enseguida pasó a realizar una comparación entre las economías del bloque de Norteamérica y de China, para concluir en que la adecuada conducción de la economía es esencial para la seguridad de nuestros países, frente al riesgo de que la confrontación con el gigante asiático, desborde los límites de la guerra comercial.
Las cifras son elocuentes; China participa con el 14.4 % del mercado mundial, en tanto que Norteamérica tiene el 13 %, pero el ingreso por habitante es cuatro veces y media superior en América del Norte en relación a su contraparte, en una relación de 18.1 mil dólares a 4.4 mil dólares por habitante, lo que indica que la economía China creció de manera exponencial en los últimos treinta años, debido a la inversión masiva de capitales occidentales, combinados con la explotación ventajosa de la mano de obra local. Lo anterior denota que la fortaleza de nuestra región reside en la capacidad de consumo, por lo que es el momento de que en América del Norte, gobiernos e inversionistas cierren filas, respecto a lo que el Presidente refirió como “substitución de importaciones”.
El tema migratorio pospuesto desde la celebración de la primera versión del Tratado de libre Comercio de Norteamérica en 1993, fue abordado por López Obrador con la petición al Gobierno de Biden, para que abra “ordenadamente el flujo migratorio”, comenzando por atender un rezago de once millones de mexicanos que “viven y trabajan honradamente” en los Estados Unidos, en situación migratoria irregular. La última vez que el tema de la migración fue atenida en aquel país con una propuesta integral, fue en 1987 en tiempos del presidente Ronald Reagan, mediante la ley Simpson-Rodino.
Lejos de eludir tema de las energías limpias como han dicho sus adversarios, López Obrador marcó ese punto de la agenda a su modo y estilo, al solicitar la colaboración del gobierno de Canadá, en la rehabilitación de sesenta centrales hidroeléctricas de nuestro país, que según el Presidente fueron abandonadas por los gobiernos de la llamada época neoliberal. La Cumbre en comento es un instrumento mas que se viene a sumar al T-MEC, al Diálogo Económico de Alto Nivel DEAN (2) y al Entendimiento Bicentenario (3), cuyo impulso excepcional de hoy día, indica que las relaciones entre México, los Estados Unidos y Canadá, se encuentran en un estado óptimo.
(1) El discurso del presidente López Obrador en la Novena Cumbre de Líderes de América del Norte, puede consultarse en: https://www.youtube.com/watch?v=g1xumS5jdlE
(2) El Diálogo Económico de Alto Nivel (DEAN) entre los gobiernos de México y los Estados Unidos, es un tema que se puede consultar en los artículos: “Desafío México EEUU” y “Autos Chocolate”, en este mismo Blog, Archivo Adjunto.
(3) En cuanto al Entendimiento Bicentenario, consultar el artículo: “Narco y Gobierno”, en este mismo Blog, Archivo Adjunto.
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