La reunión que tuvieron la semana pasada el Presidente López Obrador y los Secretarios de Relaciones Exteriores y Defensa, con Congresistas Texanos, abre un nuevo puente de comunicación entre México y Estados Unidos en los delicados rubros de migración y seguridad.
Estos temas se han convertido en arma arrojadiza en la lucha por la Presidencia de los EEUU, generando un conflicto entre el Gobierno Federal que preside el Demócrata Joe Biden y el Gobierno de Texas a cargo del Republicano Greg Abott. De lo anterior ha derivado una controversia ante la Suprema Corte de Justicia de los EEUU entre ambos niveles de gobierno, que la semana pasada culminó en una sentencia que obliga al Estado de Texas a retirar las alambradas de púas colocadas en el Río Bravo, respecto a lo cual el Gobierno de Abott permanece en desacato.
Biden intenta superar el conflicto con una iniciativa de Ley que envió al Congreso, en la que ofrece la ominosa posibilidad de “cerrar la frontera con México”, bajo determinadas circunstancias, a cambio de que los Republicanos aprueben sendos paquetes de ayuda económica y militar a Ucrania e Israel para seguir con sus guerras (1). A pesar del escenario adverso la reunión en comento ha dado frutos, porque los Congresistas Texanos acabaron por aceptar como positivo el flujo de mexicanos que tiene una larga historia de integración social y conveniencia económica para ambas partes, frente a la migración emergente que procede de otros países del mundo y cruza nuestro territorio como ruta de paso.
Otro saldo positivo de la reunión deriva del reconocimiento de los visitantes a la estrategia de resolver el problema combatiendo la pobreza y la inseguridad en los países de origen de los migrantes, lo que constituye la piedra fundamental de la política del Gobierno de México en materia migratoria (2). En cuanto al combate al fentanilo destaca el hecho de que tras la reunión con los Congresistas Texanos, López Obrador anunció que en el paquete de reformas constitucionales y legales que enviará al Congreso el próximo cinco de febrero, se encuentra una que incluye medidas preventivas e incluso la penalización del consumo de fentanilo.
Lo anterior es acertado para crear conciencia de la gravedad del reto, a contracorriente de ciertas tendencias mundiales que insisten en la legalización de las drogas sin reparar en el daño físico y moral que infiere ese flagelo a las personas y a la sociedad en su conjunto, así como el costo enorme que implica para los sistemas públicos de salud. Otro cambio positivo atribuible a la iniciativa del actual Gobierno Federal en el rubro de la seguridad nacional de ambos países, que volvió a relucir en la reunión de que se trata, es que se incluye como parte de la ecuación el tráfico de armas procedentes de los EEUU, que tiene como resultado el equipamiento de las organizaciones criminales que operan en México.
Es vital que la cooperación binacional México EEUU salga avante en estos temas, a pesar de las aguas electorales turbulentas, porque el mosaico humano multi racial y pluricultural que integramos, comparte un mismo territorio continental.
(2) Te ofrezco más información sobre el tema migratorio México-EEUU, en mis artículos Cumbre Migratoria, Países “Mexicanos” y Acuerdos Migratorios, en este mismo Blog Archivo Adjunto.
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