El desaire a la Corona Española hecho por la Diplomacia Mexicana, con el pretexto de que aquella pida perdón por los agravios de la Conquista, es un símbolo retórico para exigir al llamado Nuevo Orden Mundial, el debido respeto a la Identidad y a la Independencia Nacionales.
En el mundo luchan dos tendencias; la primera construye un poder único y hegemónico a conveniencia de las empresas globalistas anónimas, por encima del bien común de la sociedad, tanto en los Estados Nación como es el caso de España y hasta en las superpotencias incluido Estados Unidos. En palabras del Papa Francisco, se trata del “dinero que gobierna en lugar de servir” (1).
Por otra parte se encuentran los Estados Nacionales que aspiran a un mundo multi polar gestionado y construido desde su base social, con respeto a las identidades particulares en cada país y región del planeta. En esta lucha en la que los poderes políticos y económicos se entrelazan y sobreponen unos a otros, se plantea un conflicto de intereses entre las empresas mercantiles de clase mundial que tienen el lucro como objetivo y los Estados Nación que están llamados a procurar el bien común de sus sociedades.
Los Globalistas usan a España como base para operar en América Latina, aprovechando el común denominador de idioma, raza y cultura que sobrevivió al Imperio. Lo anterior es arma de dos filos porque los pueblos de Iberoamérica aman a España como entidad cultural pero aborrecen toda clase de imperialismo y repudian a la monarquía como forma de gobierno, como quedó claro en aquel ágape del Cura José María Morelos y Pavón con la Guarnición Española a la que arrebató la plaza de Acapulco, donde brindó: “Viva España, pero hermana y no dominadora de América” (2).
Entre las empresas globales con fachada española a las que López Obrador se enfrentó fijando nuevas reglas en aras del interés nacional, se encuentran la energética Iberdrola cuyos dueños son el Fondo Soberano de Quatar y el Fondo BlackRock de los EEUU, y la petrolera Repsol, que tiene solo el 5% de capital español. El fenómeno opositor atrincherado en la Península rebasa el campo de la economía y tanto el territorio español como los espacios mediáticos se utilizan para difundir a nivel mundial, propaganda política en contra de la 4T.
Como ejemplos están la Fundación Internacional para la Libertad del Premio Nobel Mario Vargas Llosa, y la Fundación para Análisis y Estudios Sociales en cuyos foros se propagan ataques sistemáticos contra la 4T, con la participación de Ernesto Zedillo y Felipe Calderón. Antes de retirarse a Palenque López Obrador excluye a Felipe VI del rito del relevo presidencial y pone al gobierno dizque socialista de Pedro Sánchez en el aprieto de apoyar a su Rey, a despecho de sus aliados separatistas y anti monárquicos, que sostienen a Sánchez en una Coalición de Gobierno prendida con alfileres.
La oposición a la 4T con asiento en España se apoya en el Derecho a la Libertad de Expresión y eso permite a la Corona y al Gobierno Hispano deslindarse, pero AMLO logra dos objetivos: saca de su zona de confort a sus adversarios y deja claro que el México de 2024 no es colonia de España ni de ningún otro país o poder hegemónico.
(1) Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium del Papa Francisco, páginas 57 y 58.
(2) Fragmento del libro Las Glorias Desvanecidas de Ramón Sierra López, Editorial Altrés 2021.
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