La extinción de algunos organismos autónomos por parte del Congreso de la Unión la semana pasada, dio lugar a un voto en contra en el Senado de la República por parte del ex gobernador de Chihuahua Javier Corral Jurado.
Javier Corral votó en contra de la extinción bajo el argumento de congruencia, alegando que en su día apoyó la creación de los organismos autónomos para proteger derechos fundamentales, lo que se entiende que haya hecho hace treinta años o más cuando dichas entidades se pusieron de moda suscitando grandes expectativas. Sin embargo estos organismos bajo las figuras de Institutos, Consejos o Comisiones, operaron en contra del bien común de la sociedad, y lejos de cumplir con su finalidad, en la práctica se convirtieron en parcelas burocráticas en manos de poderes fácticos y en beneficio de intereses particulares.
La extinción decretada no implica que se vayan a cancelar los derechos cuya protección fue el pretexto para promover y crear esos organismos y Corral esta vez se equivoca, porque una cosa es que en el pasado haya apoyado su creación, pero no se explica que hoy día se haya opuesto a remediar los efectos de su perniciosa operación. Los órganos de que se trata tenían asignadas funciones duplicadas y hasta multiplicadas en otras dependencias, a un costo de cinco mil millones de pesos anuales gastados en gran parte en privilegios y sueldos excesivos para los funcionarios de cúpula.
Los Consejeros y Comisionados eran designados mediante cuotas pactadas en el seno de la partidocracia que fue derrotada en 2018, y se volvieron activistas políticos de una oposición ciega y destructiva a contracorriente de los resultados electorales sostenidos desde entonces hasta la fecha. En efecto, el INAI, la COFECE, la CRE, la CNH y el IFT, estuvieron enfrentados durante el sexenio pasado con el régimen de la 4T, atorando la obra pública, socavando la política energética del Estado, protegiendo a oligopolios privados, entregando el Litio mexicano a China, etcétera; el CONEVAL y la MEJOREDU fueron la excepción, pero al final del día se suprimen con el objeto de concentrar sus funciones en el INEGI y en la SEP (1).
La extinción en comento requirió una Reforma Constitucional que surge de una iniciativa enviada al Congreso el pasado 5 de febrero y como tal fue tema debatido de modo intenso en la reciente campaña presidencial, por lo que se infiere que los electores aceptaron por mayoría abrumadora las razones que la justifican. La oposición y la comentocracia mediática que defendían a los organismos autónomos no convencieron a los ciudadanos de la utilidad de aquellos, y éstos decidieron votar por el partido político que propuso la extinción.
Ahora toca al Congreso hacer la legislación secundaria conforme a la Reforma, para asegurar que las funciones y objetivos de los organismos extintos, sean atendidos por otras dependencias a satisfacción de los ciudadanos, y para cumplir los compromisos de México contraídos en los Tratados Internacionales incluido el T-MEC. En esta fase el Senador Corral y los legisladores de todos los partidos políticos, están en aptitud de incidir en la legislación ordinaria referida para garantizar el derecho a la información, la protección de datos personales, la libre competencia, etcétera. Los organismos autónomos se extinguen pero las funciones se mantienen, con el añadido de que su centralización pondrá fin a la guerra institucional del estado contra sí mismo, que hemos vivido en los últimos años.
(1) SIGNFICADO DE LOS ACRÓNIMOS: INAI, Instituto Nacional de Acceso a la Información; COFECE, Comisión Federal de Competencia Económica; CRE, Comisión Reguladora de Energía; CNH Comisión Nacional de Hidrocarburos; IFT, Instituto Federal de Telecomunicaciones; CONEVAL, Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social; MEJOREDU Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación; INEGI, Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática; SEP, Secretaría de Educación Pública.
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