La reclamación hecha por Estados Unidos a México, por presuntas violaciones al T-MEC en materia energética, se da en el marco de la disputa entre Demócratas y Republicanos de cara a las elecciones al Congreso del próximo mes de noviembre y en el contexto de la nueva Guerra Fría suscitada entre Estados Unidos y los países de la OTAN frente a Rusia y China, en la que la soberanía de cada estado y el control de la energía, juegan un papel preponderante.
El gobernador de Texas y los Senadores de los Estados de Texas y Tenessee todos ellos Republicanos, han hecho de las críticas a nuestro país y a López Obrador un arma arrojadiza en contra del gobierno de Joe Biden, para fortalecer a su partido en las elecciones próximas. El reclamo de los EU en el marco del T-MEC, tiene su base en las quejas de algunos empresarios gringos que se dicen afectados de diversas formas, por la política proteccionista del Gobierno de México en favor de la Comisión Nacional de Electricidad CFE, que según tales empresarios viola algunas cláusulas del Tratado.
El reclamo abre una fase inicial llamada de “consulta” que es de diálogo y conciliación sin embargo, a nivel político y mediático ha dado lugar a una campaña en la que los Republicanos culpan a México de todos los males de su país, incluidos el consumo de drogas y el paso ilegal de inmigrantes a su territorio, y exigen mano dura al respecto al gobierno de Biden. Esta visión es una variante de la ocurrencia de construir un muro en la frontera, que fue una de las banderas electorales que llevaron a Donald Trump a la Presidencia, pero a la hora de gobernar la realidad se impuso, y la cuestión del muro no impidió que Trump mantuviera buenas relaciones con los gobiernos sucesivos de Peña Nieto y de López Obrador, aunque al compararlos dijo: “me llevo mejor con el socialista…”.
En el entorno mundial, la guerra entre Rusia y Ucrania sirve de pretexto a los Estados Unidos para poner en pausa su impulso a la globalización, para replegarse a la trinchera territorial compartida con México y Canadá, y justificar una nueva Guerra Fría. La tecnología aún en desarrollo y la urgencia por satisfacer necesidades colectivas, han pospuesto la conversión a energías renovables, por lo que los gobiernos regresan a los combustibles fósiles y a la energía nuclear; Francia nacionaliza su sector energético (1) y Alemania compra acciones de la gasera Uniper a la iniciativa privada (2), lo que implica un cambio hacia un mayor control del Estado.
Volviendo a la reclamación de los Estados Unidos en comento, el Presidente de México asume en forma personal el tema político en su particular estilo. Al Canciller Marcelo Ebrard y a la Secretaria de Economía Tatiana Clouthier les toca la negociación comercial y la defensa jurídica, con un enfoque que a su decir está dirigido a impugnar contratos leoninos específicos celebrados por el gobierno corrupto de Peña Nieto y a contener a las empresas productoras de energía para autoconsumo, que al vender electricidad a terceros violan sus propias concesiones, en desventaja competitiva para la CFE.
El Gobierno de México ofrece a los inversores de Estados Unidos y Canadá, una política preferente en comparación con la que sostiene frente a los países europeos, y tiene reservados espacios que pondrá sobre la mesa al negociar en la “consulta”, como es el caso del sector hidroeléctrico abierto a Canadá desde la Reunión Cumbre celebrada en Washington en noviembre pasado (3). En la visita de AMLO a los EU hace dos semanas, el Presidente se reunió con empresarios que desde este año hasta el 2024, están destinando cuarenta mil millones de dólares en proyectos de inversión privada, que son compatibles con la política energética del régimen (4).
En los cuatro años de vigencia del T-MEC, existen cinco precedentes de “consultas”; cuatro derivan de diferencias entre EU y Canadá y la quinta de un reclamo de México frente a los EU por aranceles impuestos a nuestra industria de autopartes, que México estima contrarios al Tratado. No obstante este último dato que indica la normalidad de lo que hoy ocurre, los adversarios de AMLO hacen de la actual “consulta”, una prueba de fuego para la 4T.
(1) En Francia el sector energético, en proceso de ser nacionalizado en su totalidad.
(2) El Estado Alemán compra acciones de la gasera Uniper, y anuncia el rescate de su sector energético.
0 comentarios