El ex gobernador de Chihuahua Javier Corral es el personaje más notable en la historia reciente de México, en cuanto a eficacia y compromiso en su lucha contra la corrupción; hoy día Corral señala a la gobernadora panista María Eugenia Campos, como la ejecutora de un plan para sacar de la cárcel y dejar impune al ex gobernador priísta César Duarte, procesado por el desvío de seis mil millones de pesos.
Javier Corral Jurado ganó la elección a la gubernatura en 2016, apoyado en la promesa de castigar el saqueo sufrido por los chihuahuenses, en manos del gobierno priísta de César Duarte Jáquez (2010-2016). Una vez en el cargo Corral fue perseguido por el gobierno de Enrique Peña Nieto, quién retuvo los recursos que correspondían al Estado de Chihuahua, con el objeto de ahogar las finanzas de la entidad, y doblegar la voluntad justiciera y reparadora de Corral y del pueblo de Chihuahua.
La actitud cómplice de Peña Nieto se explica en virtud de que su candidatura presidencial y el regreso del PRI a Los Pinos, fueron impulsados por el desvío de recursos públicos de los estados gobernados por el PRI, diseñado y puesto en práctica por Humberto Moreira desde el Gobierno de Coahuila. Moreira trepó por esa liana a la Presidencia del Comité Ejecutivo Nacional priísta, desde donde operó el desvío de fondos en otros estados que fueron endeudados y saqueados para financiar campañas del PRI, como Nuevo León con Rodrigo Medina, Veracruz con Javier Duarte, etcétera (1).
Durante el gobierno de Corral la Fiscalía del Estado descubrió la llamada Operación Safiro, que implica una red para desviar recursos públicos con fines electorales hacia gobiernos priístas de otros estados y a las arcas del PRI nacional. El trabajo de la Fiscalía acreditó la responsabilidad de César Duarte, y generó en su contra veintiún órdenes de aprehensión en diversos expedientes; Duarte huyó a los Estados Unidos de donde fue extraditado por gestiones del Gobierno Federal en este sexenio de López Obrador, y hoy permanece en prisión en Chihuahua.
Las investigaciones realizadas indican entre otras cosas, que la actual gobernadora María Eugenia Campos Galván y otros diputados locales panistas de aquel entonces, recibieron en conjunto más de cien millones de pesos en sobornos de César Duarte para autorizar deuda pública, por lo que Duarte dispuso a sus anchas de recursos del erario en forma ilícita. Al término del sexenio de Corral, la candidata del PAN ganó la gubernatura con apoyo del PRI, en una alianza de hecho PRI-PAN, concertada por las cúpulas de ambos partidos.
El día de hoy Javier Corral denuncia que la gobernadora Campos y el priísmo revelan de lo que es capaz el PRIAN hecho gobierno, que en Chihuahua implica el fin de la división de poderes y la entrega del Poder Judicial al control del PRI, mediante el regreso de jueces y magistrados de la época de César Duarte, para que éste sea absuelto y salga impune. Como fruto de lo anterior, la semana pasada tuvo lugar la aprehensión del Fiscal del gobierno de Corral, Francisco González Arredondo, acusado de “tortura psicológica” sobre una testigo que declaró en una de tantas investigaciones abiertas en contra de César Duarte (2).
Dada la naturaleza de la acusación en contra de quién fue Fiscal de Javier Corral, se advierte que tribunales y jueces de Chihuahua han montado una puerta giratoria para convertir al régimen de Corral de acusador en acusado, de lo que solo se puede esperar impunidad para los criminales y burla a una sociedad que sigue clamando por el castigo y la reparación del daño. ¡Con razón el desprecio por las instituciones, tiene tantos adeptos en nuestro país!
(1) Para más información sobre la transferencia de recursos públicos estatales a las campañas del PRI y el caso César Duarte, consultar los artículos “Riquelme en su paraíso” y «Corrupción Desafiante” en este mismo Blog, Archivo Adjunto.
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