La inauguración del sistema Agua Saludable para la Laguna por el presidente López Obrador, sienta un precedente ejemplar frente a problemas ancestrales desatendidos en nuestro país, que se resuelven como en este caso, con voluntad y liderazgo.
En la Comarca Lagunera, tras cuarenta y tanto años de padecer la contaminación por arsénico en el agua para consumo humano, y de evasivas de gobiernos anteriores, el actual Gobierno Federal puso en marcha una solución viable. El sistema que fue inaugurado el viernes pasado, consiste en conducir agua del Río Nazas hasta una planta potabilizadora en la Zona Metropolitana de la Laguna, para abastecer a Ciudad Lerdo y Gómez Palacio, en el Estado de Durango, a Torreón en Coahuila, y a otros seis municipios en ambos Estados.
El proyecto enfrentó la oposición de los enemigos políticos del régimen, que alentaron el descontento de campesinos que se dijeron afectados en sus derechos de agua para riego, así como de organizaciones ambientalistas. La obra fue suspendida mediante diversos juicios de amparo hasta que el Presidente lanzó un ultimátum en agosto de 2021, mediante el cual advirtió a los inconformes que si el proyecto no era recibido con el consenso de autoridades locales y sociedad civil se cancelaría, lo que hizo que los opositores dieran marcha atrás, por mero cálculo político.
El gobierno priísta de Coahuila sigue la guerra sucia en contra del proyecto, ahora en voz del Presidente del Congreso Eduardo Olmos Castro, quién ante la falta de argumentos se duele de que “falta certeza…” sobre el modo en que se va a gestionar la distribución y cobro del suministro de agua en los domicilios de los consumidores y sobre el apoyo del Gobierno Federal para mejorar las redes de tuberías en cada Municipio (1). El reclamo de Olmos Castro, el peor alcalde que ha tenido Torreón (2010-2013) es infundado.
El Gobierno Federal contempla como una segunda fase del proyecto apoyar a los municipios en la reposición de la red de tuberías sin embargo, existe el riesgo de que el PRI siga utilizando la escasez crónica de agua en la región, como herramienta de control social y moneda de cambio en las elecciones, como lo ha hecho siempre. En efecto, los gobiernos priístas de Torreón han utilizado el surtido de agua en las colonias populares, mediante el comercio de pipas que disponen del recurso acuífero como bien privado para hacer negocio y/o condicionan el abasto como denigrante medio de control político.
Por ora parte, de 2010 a la fecha las aguas grises de la planta tratadora del Municipio de Torreón, han sido y son objeto de un mercado negro controlado desde el mismo Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento SIMAS, para su venta clandestina a productores agrícolas privados que son cómplices de funcionarios venales. Lo anterior quiere decir que pese al reconocimiento que nos merece el evento inaugural que celebramos, queda mucho por hacer en la Comarca Lagunera, en cuanto a la administración de los recursos hídricos.
La cuestión pendiente más importante es la sobreexplotación del acuífero subterráneo, cuyo volumen de gasto es el doble de la recarga natural, y enseguida el robo y venta clandestina de agua (guachicol) para riego agrícola, que plantean retos ancestrales. Ambos problemas han sido “administrados” por los gobiernos priístas de Coahuila, con un sentido patrimonialista en beneficio de políticos corruptos y empresarios gandallas, que se han erigido en un factor real de poder que debe terminar.
A partir de la celebración inaugural de que se trata, los ciudadanos de la Comarca Lagunera sabemos que es posible resolver problemas respecto de los cuales, se nos quiso convencer que son irresolubles (2).
(2) Si deseas más información sobre este tema, te ofrezco mis artículos Obra Decisiva y Última Llamada, en este mismo Blog Archivo Adjunto.
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