La iniciativa de Reforma Judicial del presidente López Obrador se encuentra en un proceso nacional de difusión y debate, que fue convocado por la Presidenta Electa Claudia Sheinbaum.
La opinión general del público reconoce que es necesaria una Reforma Judicial en México, pero muchas de sus voces descalifican la iniciativa del Presidente, sin concretar una propuesta alternativa que rompa con el sistema de cuotas que es la raíz del problema. La oposición a la Iniciativa Presidencial se enfoca en impugnar la idea de elegir Ministros, Magistrados y Jueces por voto directo de los ciudadanos, bajo el argumento de que los votantes no están preparados para valorar la capacidad de los candidatos y existe el riesgo de que los elegidos respondan a intereses ilícitos.
Si tales alegatos fueran válidos, habría que cuestionar el derecho al voto popular que es la esencia de la democracia y negar la elección por voto directo del titular del Poder Ejecutivo y Legisladores. La Reforma enfrenta esas objeciones, contestando que los candidatos a Ministros serán propuestos en una relación paritaria hombre y mujer, diez por el Presidente, diez por el Congreso y diez por la Suprema Corte, previo análisis de cada perfil y en estricto cumplimiento a los requisitos constitucionales y de mérito curricular vigentes hoy día.
En la actualidad los Ministros son designados por el Congreso a propuesta del Presidente y según la Reforma serán propuestos por los tres Poderes de la Unión y elegidos por los ciudadanos (1). La Iniciativa Presidencial responde al reto urgente de acabar con el sistema de cuotas del viejo régimen, por medio del cual la partidocracia reinante de aquel entonces se adueñó del Poder Judicial Federal y lo comparte hasta hoy día con poderes fácticos afines; desde el Congreso los partidos se repartieron las togas y malletes de la Corte en base a intereses de grupo, y los Ministros nombran a Magistrados y Jueces con igual criterio.
A la llegada de la 4T en 2018 la Corte se alineó a la lucha política de la partidocracia vencida, abandonó el equilibrio de poderes y se convirtió en arma de la oposición para no dejar gobernar ni al Presidente ni al Congreso, mediante una dinámica contraria a la Constitución que fue castigada en las urnas el dos de junio (2). Elegir a los Ministros por voto directo suprime las cuotas; la elección de Magistrados y Jueces busca limitar el poder de los Ministros y poner freno al tejido de redes de familia e intereses particulares, en Tribunales de Circuito y Juzgados de Distrito.
El Poder Judicial Federal cuenta con un sistema de formación profesional rescatable y en su nómina abundan hombres y mujeres honestos y capaces, pero son flores atrapadas en un pantano de intereses que pudren los frutos, por lo que la elección ciudadana resulta pertinente para drenar la ciénaga y fortalecer la base de legitimación. Para ello la Reforma adopta la Austeridad Republicana que suprime los privilegios de los que goza la élite de cúpula y reparte a discreción a sus favoritos; la Reforma exige a los Juzgadores que rindan cuentas, y propone un Tribunal Disciplinario para juzgar los casos de lenidad o corrupción.
Es falso que no haya precedentes en cuanto a que Jueces y Magistrados sean elegidos por voto popular, ya que en los Estados Unidos y en Japón existe una práctica centenaria al respecto. La mala experiencia que sufrimos los mexicanos a partir de la cooptación del Poder Judicial puesto al servicio de intereses particulares, mueve a intentar la legitimación por voto directo, porque dicho Poder además de una reforma, requiere terapia de choque.
(1) Presentación temática de la Iniciativa Presidencial, de la Reforma Judicial.
(2) Si deseas mas información sobre el tema, te ofrezco mis artículos «Decretazo” Presidencial, La tremenda Corte, La Corte en el Vacío y La Corte, en Paro, en este mismo Blog, Archivo Adjunto.
0 comentarios