La declaración del gobernador Miguel Riquelme, en el sentido de que los recortes al erario de Coahuila, previstos en el presupuesto federal del año entrante, son un castigo a los ciudadanos de nuestro Estado, es un intento por justificar la corrupción y la opacidad, con la que el PRI de los Moreira ha dispuesto a su capricho del dinero de los ciudadanos, desde hace diez y seis años.
De acuerdo a lo declarado por Riquelme a El Siglo de Torreón 6-E, del 2 de noviembre de 2021, el Gobierno Federal ha recortado las asignaciones del presupuesto del Estado en los últimos tres años, lo que según el Gobernador constituye un castigo para los coahuilenses. Riquelme asegura que mantiene estables las finanzas de Coahuila, porque a su decir los recortes son compensados con una mejor administración por parte de su gobierno, lo que implica un reconocimiento de que el dispendio fue la regla durante los gobiernos desastrosos de los hermanos Humberto y Rubén Moreira, de los cuales Riquelme es causahabiente, albacea y liquidador.
Por regla general la reducción del presupuesto es lamentable, pero en el caso de Coahuila resulta poco relevante, porque tanto la obra pública como la prestación de los servicios que son a cargo del Estado, han mantenido el mismo nivel de mediocridad en los dos sexenios anteriores y en el presente. La diferencia es que hoy día los recortes al Presupuesto Federal decretados por diversas causas, han puesto límite a la rapacidad de las autoridades estatales, y se ha compensado a los coahuilenses con Programas Federales de apoyo a los sectores productivos primarios y con la asignación de recursos directos al bolsillo de las familias.
En estricta teoría federalista, tanto la recaudación como la administración de los recursos públicos deben estar descentralizadas en la medida de lo posible, y a falta de estas condiciones, el gobierno de Vicente Fox entregó a los gobernadores sin supervisión ni control, los recursos excedentes de los precios del petróleo, en una época de bonanza. Esa transferencia de recursos hecha en forma ingenua, permitió que los gobernadores priístas se bañaran y dispusieran a placer de recursos para financiar el regreso del PRI a Los Pinos (1), iniciando la era de la peor y más generalizada corrupción que ha vivido nuestro país, que a la postre trajo como consecuencia la caída del viejo régimen.
Durante esa época se gestaron entre otros escándalos de corrupción, el de César Duarte en Chihuahua, Javier Duarte en Veracruz, Rodrigo Medina en Nuevo León, Andrés Granier en Tabasco, Roberto Sandoval en Nayarit, y desde luego el del Moreirato en Coahuila, que sobrevive encarnado en la administración de Miguel Riquelme. En el caso de Coahuila, el fruto más amargo en materia hacendaria lo ofrece la mega deuda pública contraída desde Moreira Humberto, que fue legitimada en forma sucesiva por los gobiernos de su hermano Moreira Rubén y del actual Miguel Riquelme, lo que mantiene postradas y en quiebra las finanzas de la entidad.
La mega deuda fue contratada mediante la falsificación de documentos del Congreso del Estado y el destino de los recursos es una incógnita hasta el momento, debido al régimen de tapadera y complicidad sostenido por el actual gobernador Riquelme con los dos gobiernos anteriores. El saldo actual de la deuda bancaria es de 38,000 millones de pesos, después de haberse pagado 40 mil millones de intereses, sin haber hecho abono alguno a capital; representa la mayor deuda estatal por número de habitantes en el país, porque al saldo mencionado se suman otros 5 mil millones de pesos que el gobierno de Riquelme debe a proveedores, algunas de cuyas deudas datan del sexenio de Rubén Moreira (2).
Es falso que las finanzas de Coahuila se encuentren estables, porque además de la mega deuda fuera de control, para seguir en el poder y medrando según su estilo propio, el PRI de los Moreira ha malversado todos los recursos a su alcance, como ocurre con los fondos de vivienda, pensiones y servicio médico del magisterio coahuilense, cuyo saqueo se calcula en 5 mil 650 millones de pesos adicionales a la deuda bancaria y con proveedores. Los coahuilenses permanecemos en el infierno de corrupción y opacidad que lo anterior implica, en medio de una absoluta impunidad, por lo que el PRI de los Moreira incluido el gobierno de Riquelme es el verdadero castigo, que estamos sufriendo por nuestra apatía cívica.
(1) Para mas información sobre la mega deuda de Coahuila , como herramienta del PRI de los Moreira para mantener el poder, consultar el artículo “Riquelme y su paraíso”, en este mismo blog Archivo Adjunto.
(2) Para más información sobre la mega deuda de Coahuila, consultar el artículo “Riquelme y su deuda”, en este mismo blog Archivo Adjunto, que a su vez remite al estudio de la ONG, Coahuila Observa, A.C., https://www.facebook.com/CoahuilaObserva.
Sería bueno indagar sobre la corresponsabilidad de los funcionarios federales y la banca involucrados en los prestamos que no cumplieron con la normatividad requerida